domingo, 27 de septiembre de 2009

3-minutos-para-las-8


Cuando más crees que has superado algo, es cuando más notas que sigues sin superarlo.
Estaba en esa etapa, en la que creia que Ella era un simple recuerdo, y que Monica habia logrado sacármela de la cabeza. Hasta que sonó mi teléfono y me dijo con voz grave. Necesitamos conversar, a las ocho en el café de siempre. Me estremeci. Esta bien, nos vemos. Respondí, como si no quisiera hacerlo.
Faltan veinte minutos para las ocho y aún sigo sentado en el sillón, mirando como el segundero avanza implacable. No sé si seré capaz de moverme para llegar a nuestra cita.


Me siento ridículo, sentado solo a media luz en el sillón de un cuerpo que adorna el living de mi casa, vestido elegantemente. Vestido como para el primer encuentro, como si quisiera causar alguna impresión. Ella me conoce, sabe quien soy, seguramente se va reir al sentir mi perfume una cuadra antes de llegar al café. Me va mirar a la cara y me va decir. Pareces un adolecente, te bañaste en perfume y te pusiste tu mejor chaqueta. Y yo le voy a decir. Es que no pensé que me llamarias, depués de la última vez.... Y me interrumpirá con un beso y nos vamos a quedar así toda la noche, perdidos en un beso de reconciliación. Patético, estoy imaginando mi encuentro, inmóvil en el living de mi casa, estoy pensando en lo que será. Definitivamente no logro olvidarla.

-Te vas acordar de mi cuando vuelvas como un despojo de tu famosa cita. Anda, parate, encuentrate con Ella y date cuenta, entiende de una vez por todas que no vas a ser feliz nunca.
-Siempre tan esperanzador, por un día me doy la licencia de no escucharte y de mandarte al carajo...vomitivo de mierda

Faltan quince minutos y la imagen de Monica se me viene a la cabeza. La veo desnuda en mi cocina mirándome con ese rostro tan peculiar, tan cercano, tan extrañanamente conocido. Si no voy a la cita y no me encuentro con Ella, significará que me quedo con Monica, que de alguna forma la elijo o que de otra forma decido darle una oportunidad seria a lo nuestro.

-Esa es la mejor de las ideas, quedate en casa, duerme tranquilo y espera a que mañana Monica vuelva y quedate con ella.
-¿estas seguro? pero si Ella quiere volver a estar conmigo...-el yo práctico me da consejo.

Tengo diez minutos para llegar al café. Soy un hombre grande, ya no soy un chiquillo tengo que afrontar mis propios asuntos, no me puedo quedar aquí sentado, tengo que salir e ir a ese café y escuchar lo que Ella tenga que decirme.
Salgo sin darme una mirada al espejo, no soy tan pretencioso. El café de siempre, en el que la conocí, está a pocas cuadras, así que decido caminar, para así ocupar el tiempo que me queda. Como todos los dias a esta hora, la ciudad, casi vacia no significa nada para mi, es sólo un silencio interminable que se interrumpe por el ruido desagradabe de algún motor. La luz del dia se fue hace un rato y los postes dan algo de una luz amarilla que tampoco significa mucho para mi. Camino lento, algo nervioso. Miro mi reloj. Tres minutos para las ocho y Ella está sentada en la mesa de siempre, en el café de siempre. La observo a lo lejos y lo único en lo que pienso al verla es en Monica y esa idea me reconforta. Pensandolo bien. ¿Monica? ¿Por qué me recuerda a Monica?. Me acerco. cuando estoy justo frente a Ella, se pone de pie con el rostro rigido y con sus ojos clavados en los mios. Noto la hostilidad.

-¡ Que pretendes hijo de puta?- me grita y me quita el aliento de un bofeton que me desgarra el alma y el rostro al mismo tiempo.
-¿Que pas...-intento entender, pero su rabia y descontrol no se calman
-No te hagas el imbécil, ¿que pretendes acostándote con mi hija?-grita tan alto que parece que quiere que todo el país se entere.
Llora con ira, casi bestial.
El café esta vacio, un mozo curioso nos observa.
Yo perplejo no logro entender de qué rayos está hablando....¿su hija?

martes, 8 de septiembre de 2009

Vómito Nº 2


No es la primera vez que lo digo y que siento toda esta rabia. Me siento cansado de tener que vivir en su cabeza, de pronto secuestrado, maniatado, aminorado. Pero sé que soy el único capaz de decir la verdad, el único capaz de darse cuenta....esto se tiene que acabar, esa es mi sentencia...

Se va a terminar, porque a pesar de que siento un placer enorme por romper las reglas, por estar al filo de lo moralmente incorrecto, la felicidad que esta creando en Él, va a terminar transformándose en ese estupido amor que siempre termina rodeándolo, enloqueciéndolo y fianalmente matándolo de a poco y ¿quien termina aguantando el llanto, la perdida, el desamparo?... nosotros sus yos, y no hay palabras que escuche, siempre es lo mismo, siempre es igual, estoy asquiado de todo eso, podrido....

No me importa lo que digan , lo que piensen, lo que hagan esta decidido, lo de Monica se va a terminar, voy a hacer todo lo posible para que se termine, lo he hecho antes, y no voy a temblar para volver a hacerlo, se acaba...no va a volver a existir el amor nunca más en estos rincones, si nos tenemos que quedar solos lo haremos, pero más sufrimiento no, nunca más....
¿que más puedo hacer?, es la única alternativa, no hay posibilidades, las opciones se agotaron, soy el malo de esta historia y no tengo problemas para aceptarlo, pueden odiarme y desaprobarme, pero no hay otra voz más honesta que yo y seguramente sus vomitivos estaran de acuerdo conmigo, porque en el fondo soy el sistema de seguridad, la protección, la alarma, siempre alerta, autodefensa...

Lo de Monica se termina cuando yo lo decida, a menos que la verdad sea más fuerte y más capaz de terminar con esta relación sin sentido...es la verdad o yo, pero esto tiene sus dias contados...

desafiante y definitivo
el Yo Vomitivo....