miércoles, 22 de julio de 2009

bri-sa



La brecha que separaba su cuerpo del mio no era superior a un metro y medio. pero realmente parecia que estabamos en otro mundo. Distantes uno del otro.
Me quedé en silencio mirandola de pie al otro lado de la puerta, sólo el sonido caotico del exterior podía perturbar nuestra quietud. No voy a mentir, no intenté moverme un centimetro. Mi yo orgullo rompió la censura y se dedicó a taladrarme la cabeza

-Ni un centimetro. quedate ahí parado. no digas nada, que ella entre..ella se fue..que ella de el paso. tu no!.

La vi a los ojos y pude ver un abismo esparcirse detrás de ellos. Entre más la veia, más la desconocia. Incluso crei no reconocerla por un momento, hasta que vi a la brisa mover suavente su cabello color negro, ese ondear delicado me recordó la mañana en que la conoci sentada en un café del centro, leyendo una novela, cuyo titulo no logro recordar. Era Ella. Ella esperándome. no sé si me reconoció, pero era yo, al otro lado de la puerta. Esperando que recordara mi orgullo y se decidiera a entrar , para quedarse... para quedarse para siempre conmigo.

El tiempo era infinito en esos momentos. No teniamos, creo, idea de si era de dia, de noche. Sólo estabamos mirándonos en silencio, como si de esa forma nos dijeramos tantas cosas que no intentamos de decir antes.

-¿que mierda me pasó?
mis yos liberan sus voces y tratan de responderme
- eres un débil, un cobarde..clásico de ti/ el yo vomitivo
- muchos sentimientos / el yo sensible
- Tú eres la razón de todo esto / el yo culpa
- deja el drama y por favor come algo / el yo hambre
ninguna de sus respuestas me convence.

En fin, ella y yo no dejamos de mirarnos por un tiempo indeternminado. Hasta que su telefono sonó. lo sacó de su bolsillo, dijo dos palabras. Y sin dejar de mirarme habló tan claro como amanece en primavera:

- Era mi marido. Quizás no vuelva nunca más a tu casa.

Se dio la vuelta y dejando su cabello flotar en el aire por un milisegundo, desaparecio en la calle.

¿Que mierda me pasó?
Sigo preguntándomelo mientras me tomo un café en el mismo lugar donde la conoci.
La calle bulliciosa que rodea el café me ayuda a no escuchar a mis yos, mientras la única palabra que flota en mis pensamientos, es "quizás"...

a A. B.

domingo, 12 de julio de 2009

Vómito Nº1


Estoy cansado, enfermo, colérico, derrotado, angustiado, perdido, drogado....y todo lo que se les ocurra pensar de mi.

Estoy harto de ser la parte sincera, la voz parlante de un hombre endeble, de un pelele sin voz, incapaz de hacer o decir, sin complacer a los otros, por eso hablo y grito desde su interior de vez en cuando, para que se de cuenta el mundo que el vómito de su interior esta ahí presente, lúcido, preparado para todo, listo para cortar de raíz toda huella de empatia y cinismo que lo ha llevado a tener esta relación aburrida con Ella, la causante de tantos de sus desvelos. La causante de esos silencios que nos impone a nosotros, sus yos, los únicos capaces de hacerlo vivir.

Ya me cansé, tengo que estar callado mientras mira por la puerta esperando verla a los ojos, pero prometo que cuando se decida dejarme hablar, voy a actuar, voy a hacer que todo esto termine para siempre. No tengo remordimiento alguno, sé que soy la causa de todo, sé que soy la razón de que Ella se haya ido sin retorno... no me importa, porque nadie puede verme, nadie sabe de mi, salvo Él y yo. Somos más uno que dos o varios. Somos uno quiéralo o no. Censureme o no. Soy tan yo como Él.

Sigo ahogado entre sus lágrimas secas. Sigo pudriendome en esta habitación repugnante y silenciosa en que me tiene. No he podido hablar desde que Ella se fue, pero aunque no quiera sigo murmurando despacio, para que sepa que estoy ahí, alerta, preparado para emerger y soltar el vomito sobre quien se lo merezca y sobre quien no lo merezca también. soy su Vomito, soy su Yo maldito, el que más detesta,pero el que más sentido le da a su existencia pobre y sin sobresaltos.

Espero que sea ella tras la puerta, por que al menor de los descuidos renazco tan miserable como siempre, más celoso que nunca y destruyo todas sus ilusiones de volver con Ella, no la quiero aqui. Hay espacio para uno y ese soy Yo...

desgraciadamente asquiado

el YO vomitivo.....

martes, 7 de julio de 2009

hi-e-lo


Hay un algo a destrucción dentro de la habitación, como si cada particula de aire conspirara en mi contra. Llevo ya no sé cuantas horas sentado con la espalda apoyada en la puerta, esperando que se decida a volver. Todo parece confuso, ni siquiera las razones por las que se fue me parecen claras, mi yo culpa me recrimina sin piedad, me carcome la piel como si se tratara del peor de mis enemigos.

- ¡tu culpa!, ¡tu culpa!...
-¡dejame tranquilo!, ¡andate al carajo!
Intento alejarlo como sea, pero nada, me taladra justo detras de los ojos y se da vueltas por mi craneo como un visitante no deseado.

El único sonido que escucho es el de mis tripas, el yo hambre me implora que coma algo, por lo menos esa comida fria que quedó del dia en que Ella se perdió detras de la puerta. Pero mi yo culpa me tiene amarrado al suelo con grilletes. Me castiga, me mata de a poco.
Quisiera hablar con mi Yo, con ese primer yo, con la esencia, ese que le da origen a todos esos yos que me vuelven loco, pero esta tan escondido dentro de esa madeja de personalidades que es imposible encontrarlo, menos ahora, que estoy hambriento y somnoliento.
Lo único que quiero es escuchar el definitivo golpeteo de sus nudillos al otro lado de la puerta. Pero que sea Ella y no el cartero de hace un rato que llamó a la puerta y me hizo levantar raudo, para decepcionarme con su cara de enterrador "adecuado para la ocasión, pensé".
Me vuelvo loco

-tu culpa, tu culpa...

Y miro el techo , las paredes, mis manos y siento lágrimas secas recorrerme por dentro...!espera!
Sonido de pasos, mando a callar a mis yos y mis sentidos se ponen en alerta. Hay alguien afuera. Alguien espera silente. Escucho un latido, no sé si es mi corazón o el de la persona allá afuera, me pongo de pie sin ruidos, me quedo frente a la puerta, mirando como si pudiera traspasarla con la vista y pudiera ver del otro lado.
Escucho a mi yo optimista susurrarme, desobedeciendo el silencio que le impuse a mis yos.

-¡es ella, es ella!...¡abre la puerta!
-¡No! que espere a que toque!
mi yo orgullo gruñendo no sé de donde

Pero nadie toca, no quiero quedarme asi, con la duda...tomo la perilla y abro la puerta...un hielo me recorre la espalda...

viernes, 3 de julio de 2009

aro-ma!


Escuché las palabras salir de mi boca como un millón de pájaros negros y vi sus ojos ahogarse en un mar salado que le quemaba hasta el alma. No se detuvo para nada en mi rostro, no buscó lo que más adoraba de mi presencia. No quiso si quiera decirme esas palabras acompasadas que siempre terminan por detener las barbaries de mi inconsciente. Solo se dedicó a dejar salir de sus ojos esos torrentes desconocidos que no era capaz de identificar. Hablé en un segundo con mi yo sensible, pero no quiso responderme, me censuró sin miramientos y la voz odiosa de mi yo vomitivo seguía escuchándose como altavoces por entre mis dientes, rodeándola, mareándola; mientras seguía sin comportarse como simpre lo hacia.


-¿por qué no vuelve a ser como antes?

mi yo sensible negándose a responder.

-¿por qué? ¿por qué?


Nada.

La habitación de pronto se volvió oscura y sus ojos amenazaban con estallar. No sabia que hacer, pero mi voz seguia sin parecer mi propia voz. Se puso de pie y sin mirarme se cubrió con su abrigo gris, ese que tanto detesta, pero que usa a pesar de todo. Abrió la puerta y se largó sin cerrarla.

Mi yo vomitivo se calló por fin.

Cerré la puerta y sentí su aroma cubrir todo el lugar. Me quedé toda la noche sentado tras la puerta esperando escuchar el sonido de sus manos golpear suavemente, pero nada. Me quedé solo y mi yo sensible se negó a escucharme.